Ya es tiempo de que dé alguna idea de mi doméstica instalación en esta singular residencia. El Palacio Real de la Alhambra se hallaba confiado al cuidado de una buena señora soltera y ya anciana, llamada doña Antonia Molina a la cual, según costumbre española, le daban sus vecinos el nombre de la Tía Antonia.
Narciso Yepes – Recuerdos de la Alhambra